viernes, 13 de julio de 2012


© FUNDACIÓN DE CULTURA ISLÁMICA 2002
un projecto cultural ambicioso

        



    "El Islam, Patrimonio de Todos", es un proyecto cultural de contenido pedagógico, formado por una exposición de carácter itinerante y diversas actividades paralelas, cuyo objetivo último es dar a conocer una cultura, cercana geográfica e históricamente a la nuestra, pero a menudo ignorada, y contribuir a erradicar la serie de tópicos y prejuicios que, generados desde ambas partes, condicionan nuestra relación con ella. 
          El proyecto va dirigido a personas de cualquier edad, tanto escolares como universitarios y público en general, ya que como dice el Hadit: "Bus
ca la Ciencia desde la cuna hasta la tumba". Existe un programa de visitas y actividades diseñado especificamente para escolares españoles de Enseñanza Primaria y Secundaria, pero por su carácter informativo no excluye a ningún otro público. 
        
  Se pretende acercar así a nuestros escolares a un mundo para ellos desconocido pero cuyos valores y esquemas de pensamiento conforman el medio social en el que se desenvuelven muchos muchachos de su entorno, pertenecientes a familias inmigrantes, residentes en España. 
        
  Presentándoles la cultura islámica de una forma que despierte su curiosidad e interés, mediante una información sencilla, incluso lúdica y divertida, pero al tiempo rigurosa, que fomente su participación directa, nuestros escolares podrán contemplarla de manera más objetiva, e incluso identificarla como parte que es, históricamente, de su propia cultura, alejando de sí mismos los planteamientos peyorativos, discriminatorios y cargados de prejuicios que generalmente protagonizan las relaciones entre miembros de diferentes esferas culturales o religiosas. 
        
  Los brotes de racismo que lamentablemente ensombrecen nuestra sociedad actual, evidencian la necesidad de una labor de este tipo, que fomente el diálogo intercultural, promueva el principio de solidaridad como nueva dinámica social y propicie, en definitiva, una sociedad futura más abierta. 
          
Una sociedad que supere el concepto de tolerancia entendido como soportar, para dar paso a una actitud de respeto a las diferencias. Una sociedad en la que la diversidad cultural se entienda como enriquecimiento mutuo. 








                  

 Basada en una rigurosa investigación con perspectiva histórica y actual, la exposición "El Islam, Patrimonio de Todos", está formada por un total de 36 paneles, agrupados en 9 módulos con un diseño moderno y atractivo, con información relativa a todos los aspectos de la civilización islámica, y con una significativa selección de fotografías e ilustraciones sobre el mundo islámico.
         
 El Islam, patrimonio de todos’ sigue una itinerancia por distintos puntos de España, gracias a la colaboración de Ayuntamientos, Diputaciones Provinciales, universidades, colegios y otras instituciones. Junto con la exposición, se vienen desarrollando varias ACTIVIDADES PARALELAS. 
          
Entre ellas, una serie cursos de formación para profesorado, de acuerdo con el convenio firmado con la Consejería de Educación de la Comunidad de Madrid. Ello permite informar a los enseñantes acerca de la cultura árabo islámica en su conjunto. Además de las charlas impartidas, se les facilita un CUADERNO DE PROFESORES en el que constan los textos generales de la exposición.
        

 Al finalizar el curso, la Fundación de Cultura Islámica hace entrega de un DIPLOMA que acredita la asistencia de los profesores. Un grupo de VOLUNTARIOS, pertenecientes a la Fundación de Cultura Islámica y otras ONGs, realiza un recorrido por la exposición, presentándola a distintos grupos de escolares. Junto con los textos y fotografías que descubren de forma sencilla los principales aspectos de la cultura árabo islámica a través de 36 paneles, se han ideado varios elementos INTERACTIVOS con el fin de que los visitantes puedan acercarse a ella de forma lúdica y sensorial. Entre ellos, seis ingenios OLFATIVOS que reproducen los aromas de distintos productos característicos del mundo islámico: la flor de azahar, el jazmín de olor, la mirra, el ciprés, el jengibre y el comino. Otros seis elementos VISUALES de metacrilato, permiten contemplar en un atractivo juego de luces y transparencias, algunas de las sustancias más empleadas en el mundo islámico como el khol, la miel, los capullos de rosa, la casia, la alheña y la alholva.
        

 Quien desee conocer más acerca de estos y muchos otros productos empleados en gastronomía, cosmética, perfumería y jardinería en época andalusí, puede consultar el libro de Cherif Abderrahman Jah, presidente de la Fundación de Cultura Islámica, ‘LOS AROMAS DE AL-ANDALUS’, recientemente publicado por Alianza Editorial. En él se recogen a su vez los contenidos de la exposición itinerante ‘Los Aromas de al-Andalus’, organizada por la Fundación y basada en un apasionante trabajo de investigación inédita. 





        


 Otro de los módulos interactivos de la exposición ‘El Islam, patrimonio de todos’ está dedicado a LA CALIGRAFÍA ÁRABE, uno de los aspectos que más interés y curiosidad despiertan. Para ello, se ha instalado una mesa con diversos tampones que reproducen la frase de la Declaración de los Derechos Humanos "Todos los hombres nacen libres e iguales", en seis de las más representativas modalidades de escritura árabe: Thoulthi, Cúfico, Cúfico antiguo, Diwani, Jeli diwani y Magrebí.
       
  

 En los textos que los acompañan, se describen también otros tipos de caligrafía clásica como el Taliq, el Nasji y el Hiyazi. El arte de la escritura surgió desde los primeros tiempos del Islam, en el siglo VII, por la necesidad de plasmar gráficamente las azoras, o suras, del Corán. Además, la REPRESENTACIÓN FIGURATIVA estaba desaconsejada, por lo que junto con los motivos geométricos y vegetales, la caligrafía impregnaba los monumentos de SENTIMIENTO ESPIRITUAL, al tiempo que los adornaba.
        

  La escritura árabe, que consta de veintiocho fonemas, adquirió en cada región del mundo islámico unas características propias, alcanzando su máximo esplendor en el siglo X, durante el califato abbasí de Bagdad. Sin embargo, los turcos otomanos adquirieron tal perfeccionamiento durante los siglos XVI y XVII, que un conocido dicho asevera que "El Corán fue revelado en La Meca, recitado en Egipto y escrito en Estambul". A lo largo de la Historia, los musulmanes lograron altas cotas de conocimiento en distintas disciplinas científicas, entre ellas la astronomía. Muestra de ello fue el perfeccionamiento del astrolabio, instrumento de medición que heredaron de los griegos, y que está reproducido en el módulo LA CIENCIA DEL ASTROLABIO. 
         

 Encabezando las distintas piezas que lo conforman, aparece un texto que explica que su invención se atribuye a Hiparco de Nicea, del siglo II a. C. Sin embargo, los ASTRÓNOMOS ÁRABES del siglo X, basándose en los conocimientos de los antiguos y en sus propias experiencias, lo mejoraron y embellecieron. A ellos se debe una medición muy precisa de la circunferencia de la tierra, la recopilación de las tablas astronómicas del movimiento de los PLANETAS y la determinación de la forma de las órbitas. En realidad, el astrolabio es una forma temprana de ordenador, que simula la rotación de las estrellas alrededor del polo celeste. 
         

 Sirve para la NAVEGACIÓN, para marcar la hora exacta, así como para predecir las estaciones, a modo de calendario. Colón no hubiera podido descubrir América sin el uso de este instrumento. Uno de los módulos más sugerentes para los visitantes, en especial para los niños es el que trata acerca de LA TÉCNICA DEL ALICATADO. Muestra un puzzle que representa un motivo geométrico en forma de estrella, usado en la ornamentación ARQUITECTÓNICA ISLÁMICA. Los diferentes diseños de tracería entrelazada representan la infinitud de la Creación, y a menudo, como se ha demostrado más tarde, tienen la misma estructura que la CRISTALIZACIÓN de ciertos elementos.
          

El arte del alicatado consiste en ensamblar ladrillos vidriados recortados, o aliceres, de distintas formas, hasta formar un mosaico con el que adornar ZÓCALOS, fachadas y pavimentos. Podían ser también de tipo vegetal, como sucede a menudo en los edificios orientales. En época medieval se utilizaban azulejos monocromos, como vemos en la Torre del Oro sevillana y en la Mezquita del Oro de Samarra (Irak), o bien polícromos, como los de la Alhambra y la mezquita de la Roca de Jerusalén, entre otros destacados monumentos. 
          

En suma, esperamos que a través de la exposición ‘EL ISLAM, PATRIMONIO DE TODOS’, hayamos sabido transmitir lo esencial de la civilización islámica, y acercar al visitante y al lector a una cultura que, al fin y al cabo, ha sido la suya durante ocho siglos. La exposición propiamente dicha consta de los siguientes elementos: nueve módulos, que constan de cuatro paneles cada uno de ellos, es decir por los 36 paneles desarrollando los contenidos temáticos, con gran profusión de fotografías. Tres mesas expositivas con dos cilindros de metacrilato, cada una, que contienen productos característicos de dicha cultura. Incorpora una descripción de cada uno de los productos expuestos Tres mesas de olfacción, con dos aparatos de olfacción por mesa, es decir, seis aparatos olfativos con esencias y descripción de las mísmas. 
         

Una mesa con dos astrolabios y con la consiguiente lona explicativa de dichos aparatos y de su uso. Una mesa con sellos de caucho, que pueden utilizar los visitantes para imprimir sobre papel diferentes caligrafías. Incluye una lona en la que se describe cada una de estas caligrafías expuestas. Una mesa de gran dimensión, conteniendo un puzzle que puede ser compuesto por los visitantes. Dicho puzzle se ha realizado en base al despiece de un modelo de cerámica árabe clásica.






como empezò 












 El Islam surgió en Arabia en el siglo VII. El profeta del Islam, Muhammad, nació en La Meca, actual Arabia Saudí, en el seno de uno de los clanes más influyentes, los Banu Hachim. Sin embargo, siendo niño sus padres murieron, y fue acogido por un tío paterno. A los veinticinco años se casó con Jadiya, una viuda acaudalada que apoyó en todo momento su misión profética. Siempre destacó por su equilibrio y honradez, lo que le valió el sobrenombre de al-Amin, el digno de confianza. A la edad de cuarenta años comenzó a retirase a las montañas para meditar. En aquella época, la sociedad árabe estaba impregnada de costumbres bárbaras y practicaba la idolatría y el politeísmo (adoraba a varios ídolos y dioses a la vez). Fue entonces cuando Muhammad recibió la revelación de Allah, siéndole transmitido el Corán a lo largo de 23 años. Rechazado y perseguido por sus ideas monoteístas (su creencia en un solo Dios), halló, sin embargo, cada vez más adeptos entre los ciudadanos de La Meca. Su mensaje era sencillo y preconizaba la justicia y la igualdad. Cuando marchó a la ciudad de Medina destacó como dirigente social y político. Organizó a la comunidad de creyentes (Umma), e instauró la famosa Constitución de Medina. Este pacto entre tribus de diferentes creencias y etnias pasará a la historia por ser un modelo de equidad y democracia. Poco a poco el mensaje comenzó a extenderse entre distintos pueblos de Arabia. Para ello, Muhammad y sus compañeros empleaban el ejemplo y la palabra, y en ocasiones la lucha armada. Es lo que se llama la Yihad, que en árabe significa "esfuerzo", y en occidente se ha traducido como Guerra Santa. Sin embargo, según palabras del propio Profeta, la verdadera Yihad no es la de las armas, sino la interior. La que uno mismo emprende contra sus malos instintos. Tras la muerte del Profeta le sucedieron cuatro de sus más cercanos compañeros, los llamados Califas Bien Guiados: Abu Bakr, Omar, Otman y Alí. Con Omar ibn al-Jatab, se inició una serie de campañas que culminaron con la islamización de Siria, Egipto, Irán e Irak. Con él comenzó la creación de un vasto imperio que se extendería, en menos de un siglo, desde China hasta Hispania.







arabes o musulmanes?





Más de 1.100 millones de personas en el mundo son musulmanas. Pero no hay que confundirse; ni todos los árabes son musulmanes, ni todos los musulmanes son árabes. Se nace árabe, pero se elige practicar el Islam o cualquier otra religión, voluntariamente. De hecho, hay árabes cristianos y judíos, y musulmanes que son europeos, asiáticos, persas, africanos y americanos. Esto hace que el mundo islámico sea un mosaico de pueblos con características muy diferentes y variadas.
¿Sabías que el país que cuenta con mayor múmero de musulmanes –143 millones– es Indonesia?


Este archipiélago pertenece a Asia y no es árabe. Los árabes solamente representan el 18% del mundo islámico. Otros de los países donde los musulmanes son mayoría son Pakistán, con 98 millones; India, con 88; las antiguas repúblicas de la Unión Soviética como Uzbekistán y Turkmenistán, con 56; China, con 23, y Sudán, con 25.

El África negra acoge numerosos países de mayoría islámica como Gambia, Guinea, Malí, Senegal, Costa de Marfil, Níger y Somalia. Mientras que en Asia hay abundantes pueblos de religión musulmana como el malayo, el afgano y el kurdo. Cada uno tiene costumbres y hasta lenguas diferentes, aunque todos tienen por denominador común el Islam.



También en Europa hay algunos países mayoritariamente musulmanes, entre los que cuentan Albania y Bosnia Herzegovina. 
En otros, el Islam es minoritario y está representado por los inmigrantes de origen turco, pakistaní o magrebí. Así sucede, por ejemplo, en Alemania, el Reino Unido y Francia. ¿Sabías que en Estados Unidos hay alrededor de cinco millones de musulmanes? El gran boxeador Muhammad Alí es uno de ellos, lo mismo que el líder afroamericano del pasado Malcom X. Otro musulmán famoso es el ex cantante británico Yusuf Islam, antes llamado Cat Stevens.

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